¿Qué es el dióxido de carbono?
Efectos sobre la salud humana
El dióxido de carbono es un gas incoloro e inodoro, que forma parte del aire ambiente como componente natural en una porporción de aproximadamente 400 ppm (partes por millón). El CO2 se genera por la combustión total de las sustancias con contenido de carbono mediante el suministro suficiente de oxígeno. En los seres vivos, se genera como el producto del metabolismo de la respiración. Si se presentan concentraciones más elevadas a partir de 1000 ppm se pueden percibir perjuicios considerables del bienestar general (dolor de cabeza, cansancio, desconcentración).
El CO2 en la sangre
El dióxido de carbono se genera en células somáticas (en una cantidad de 0,7 kg al día) y se difunde desde allí a los
tubos capilares circundantes. En la sangre se transporta tras una unión química a las proteínas, por ejemplo la
hemoglobina, o en forma disuelta. En este sentido, el CO₂ está disuelto generalmente de forma física, solo una pequeña parte se transforma en ácido carbónico en los glóbulos rojos mediante la anhidrasa carbónica. El ácido carbónico se descompone en un entorno acuoso en iones de hidrógeno y bicarbonato. El dióxido de carbono se expira a través de la membrana alveolar del pulmón. Una función fisiológica fundamental del dióxido de carbono en el organismo consiste en regular la respiración a través de los quimioreceptores de la aorta y el bulbo raquídeo, los cuales estimulan el centro respiratorio en el tronco del encéfalo de forma reflectiva. Las concentraciones elevadas de CO₂ en la respiración aumentan la frecuencia de respiración y el volumen tidal. De esta forma, el CO₂ actúa como un dilatador de los bronquios aumentando el volumen del espacio muerto (la zona del sistema respiratorio que no participa en el intercambio pulmonar de gases). Sin embargo, el efecto dilatador del CO₂ sobre las artereolas periféricas y centrales no produce una caída de la tensión arterial ya que una liberación elevada de adrenalina causa una vasoconstricción compensatoria.
Síndrome del edificio enfermo.
El concepto «Síndrome del edificio enfermo» (SEE, del inglés “SBS” o “Sick Building Syndrome”) se puede entender de dos maneras: por una parte, los edificios que enferman a los trabajadores presentes y, por otro lado, los mismos edificios se caracterizan como «enfermos».